lunes, 17 de agosto de 2009

Bicicleta

Buenas noches
Cada fin de semana hago unos cuantos kilometros en bicicleta. Mi imagen es bastante paracida a ésta, si mi bici tiene su cestita para llevar el agua, un libro y alguna cosita más.
Hasta ahora siempre iba acompañada, pero por una serie de motivos, en este momento de mi vida, empiezo acompañada y acabo sola, jeje, porque mi ritmo es otro, y procuro que los demás sigan su ritmo igual que intento respetar el mío.
Este ejercicio físico, que me despeja y relaja, al realizarlo sola, se vuelve consciente y pasa a tener una visión diferente, ya que no es de fuera a dentro sino de dentro hacia afuera.
Gracias a ello he descubierto cosas maravillosas, como respetar mi ritmo, mi espacio, mi fuerza y mi cansancio y por supuesto el de los demás. Me he vuelto consciente de hasta donde llego y cuando debo de parar. He aprendido a esforzarme un poco más, sin llegar al agotamiento, y a aceptarme como soy, aceptando mis límites y amando aquello que estoy haciendo y que me lleva a realizarme un poco más.
Un hecho tan físico como es el ir en bicicleta, se ha transformado en una visión interior de mi y de mi esfuerzo que le ha dado un significado diferente al hecho de pedalear.
Me hace feliz, darme cuenta de que a veces en los hechos más cotidianos, hay una ingente cantidad de enseñanzas que solo están esperando que las traigamos a nuestra conciencia, para hacerlas nuestras.
Gracias por acompañarme en esta andadura, a veces cerca y otras lejos.
Un abrazo de osito

2 comentarios:

Flor dijo...

Me ha gustado tu reflexion en bici,
He de decir que yo aprendi a ir en bici a los 5O años mas-menos. Es cierto que a los 20 y sin haber montado nunca,- de pequeña tenia un triciclo que paseaba por el gran pasillo de la casa de mis padres (2,5m de largo)-, me hice en bici la isla de Formentera. Ni que decir tiene que iba monísima porque me compre un sobrero ibicenco super etnico, estamos hablando de los años 70, y recorri la única carretera de entonces que llegaba a la Mola. La subida fué dificil pero ni os cuento la bajada, coche que venía alla que me iba, acabé con las piernas negras de los golpes de los pedales, pero creo que fuí muy valiente.
A los 50 decidi aprender bien, ya no era cosa de que me cogieran del sillín y me apunté al aprendizaje. Sobre todo como un reto comigo misma. Era una asignatura pendiente, para mi todo aquello que me causa algun tipo de "miedo" se convierte en algo a superar.
Efectivamente la bici fue una formula de superación, de equilibrio, de control de la velocidad, de gozo por el aire en la cara, de autoestima, de agilidad, de percepción,y mucho más. Actualmente no voy en bici pero reconozco que tambien fue una fase interesantísima y enriquecedora.
Muchos muas

soyalf dijo...

A veces creemos que superarse es realizar grandes hazañas, y dejamos de lado aquellos avances que consideramos pequeños.

La realidad es que se necesita más amor para reaprender a ir en bicicleta de otra manera, o mejor dicho de la tuya propia, que no seguir el camino que no va contigo. Para hacerlo necesitamos valentia, amor y una gran paciencia con nosotros y con los demás. Esto es un logro muy importante y fundamental para nuestra camino ya que nos transforma en seres más sabios y amorosos.
Gracias por formar parte de mi camino