miércoles, 19 de agosto de 2009

Cambios-II


Que pasa cuando en nuestra vida se presenta un cambio inesperado, tal como un despido, una perdida de algo importante para nosotros, un accidente o cualquier otro tipo de imprevisto. De entrada nos enfadamos, y este enfado va aumentando a medida que explicamos lo que nos ha pasado. Los demás. intentando demostrarnos su apoyo asienten a todo lo que decimos, es que no puede ser, la empresa es........, es que yo no pierdo nada seguro que ha sido ....... el otro iba bebido...... etc etc. y esto solo hace que nuestra rabia vaya subiendo de tono y que nos sintamos desgraciados porque como puede ser que esto me pase a mi!!!
Todas estas situaciones que provocan cambios en nuestra vida, las vivimos como una afrenta a nuestra persona, sin pararnos nunca a pensar que hemos hecho nosotros para que se nos presente esta situación concreta en nuestra vida. Que necesitamos vivir y aprender para tener exactamente estas experiencias y no otras más agradables.
Si siempre que se produce una experiencia trágica en la vida, nos hicieramos estas preguntas, con total certeza, seríamos capaces de ver los cambios buenos que estos hechos aportan a nuestras vidas. Aprenderíamos y empezaríamos a ver los sucesos desde otro punto de vista, y seríamos más felices.
Esto no implica ni mucho menos, que no sean dolorosos, pero también es doloroso que te pongan una inyección y después te encuentras muchisimo mejor que antes.
Me atrevo a deciros, amad los cambios, vedlos desde un punto de vista diferente, preguntaros que os estan diciendo a vosotros los sucesos de vuestra vida y tendréis una fuerza inmensa para superarlos.
Una abraçada

2 comentarios:

flor dijo...

El otro día leí un artículo en el que una chica por accidente se había quedado parapléjica a los 18 años. No obstante ha estudiado una carrera, tiene una profesión, se ha casado y es madre, como cualquier otra persona que quiere. Lo de el querer es poder no es un invento. Ni que decir tiene que esta mujer habrá que tenido que superar su rabia ante lo que parece una injusticia a los 18 años. Pero solo hay dos opciones o superarlo o quedarse de victima todo la vida. Esta última es una opción que no recomiendo en absoluto porque tiene muchísimos daños colaterales, la otra, la de superarlo, realmente exige un gran valor, en el caso del que hablo sobre físicamente y aprender a vivir de otra manera no debe ser moco de pavo porque yo recuerdo la recuperación de una simple tendinitis digamos que como ¿dolorosa?. Yo he superado un cáncer de mama a los 42 años y he de reconocer que jamás me pregunté ¿porqué a mí?, fué la etapa mas enriquecedora de mi vida, tengo secuelas que no me permiten olvidar, pero eso esta rebien, por si me desvio en nimiedades. Aprendí que resta mucho por aprender y espero que nunca pierda las ganas de seguir haciéndolo en esta gran aventura que es la VIDA.
Gracias por Ser y Estar.

soyalf dijo...

Si, estoy totalmente de acuerdo contigo en que hay que ser valiente para seguir con la vida diaria, después de estas experiencias tan dolorosas, pero que como decia ayer, tal vez por eso mismo, enriquecedoras y que te hacen ver la vida de otra manera.
Mi marido tuvo un accidente de moto, provocado por otra moto y estuvo en coma, cuando despertó, tuvimos que empezar de nuevo en muchos aspectos, pues hubo cosas que olvidó y después vivimos con las secuelas del accidente. Aún y así, la vida ha su lado ha sido maravillosa y única solo le puedo dar las gracias por todo lo que he llegado a aprender con él.

Gracias por estar aquí, un abrazo