Hay dias, cuando puedo, que la meditación de la mañana la hago delante del mar. Es todo un poema, sentir las olas que rompen en la playa y yo meditando a su lado.
Me ayuda a disfrutar más del mar, me ayuda a conectar más con mis emociones, me ayuda a dejar salir esa personita pequeña que todos tenemos en nuestro interior y que a veces por sentimientos, convencionalismos o simplemente por miedo a resultar heridos la escondemos lo más profundamente que podemos.
Y es bueno, sacar al niño que todos tenemos, somos más espontáneos, somos más inocentes y nos da igual lo que digan los demás, seguimos andando por nuestro camino porque eso es lo que de verdad deseamos. Al menos eso me pasa a mí después de meditar junto al mar. Y esto me produce auténtico gozo. Siento una alegria interna que me llena de paz y de amor, y que me hace sonreir siempre, pase lo que pase.
Probadlo y os sentireis mucho mejor con vosotros mismos, más relajados, sin estrés, simplemente felices.
Gracias por estar aqui
No hay comentarios:
Publicar un comentario