A veces ocurren hechos que te dejan tan con la boca abierta que el único recurso que te queda es estar en silencio, dentro de tu alma y de tu corazón.
Todo lo que hagas para explicar esa experiencia, lo único que conseguirá es rebajarla. Antes de hablar, tienes que vivirlo, hacerlo tuyo, asimilarlo y sobre todo aceptarlo.
Y cuando has hecho todo esto, es como si no existieran palabras para poder expresarlo. Te das cuenta de la grandeza del universo, del amor que hay en todas y cada una de sus partes y de la inmensidad que existe en el mismo. Te das cuenta de lo pequeños que somos y al mismo tiempo de lo grandes que podemos ser. De que somos uno y sin embargo formamos parte de un todo mayor y maravilloso que nos ayuda a seguir como individuos y como unidad.
Y te quedas tan asombrado por todo ello, que prácticamente no sabes ni reaccionar.
Os quiero, gracias por estar aqui
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